De código a cultivo: cómo descubrí mi pasión por las plantas

Durante años, mi día a día ha girado en torno al código, a los proyectos y a las pantallas. Soy desarrollador web y paso muchas horas frente al ordenador, saltando entre líneas de JavaScript, reuniones y revisiones. Pero hace poco, casi sin buscarlo, encontré un nuevo espacio de calma en un rincón inesperado: las plantas.

🌿 El primer brote

Todo empezó de forma sencilla. Una planta por aquí, un regalo por allá. No tenía mucha idea de cómo cuidarlas, más allá de lo que he podido ver a otros, pero me generaban cierta curiosidad. Con el tiempo, ese rincón verde se convirtió en algo más que decoración. Empecé a leer, a observar, a entender.

La primera que me atrapó fue una planta de albahaca. Me encantaba verla crecer, oler sus hojas, y más aún, usarla para cocinar. Pronto llegaron otras: hierbabuena, tomillo, perejil… y la cosa empezó a parecerse más a un mini huerto que a un capricho pasajero.

💧 De rutina a ritual

Lo que al principio era “no olvidar regar” se transformó en un pequeño ritual diario. Revisar si necesitaban agua, quitar hojas secas, ver si alguna había brotado… Es curioso cómo algo tan simple puede convertirse en una forma de desconexión tan efectiva.

Las plantas me obligan a parar. A mirar con atención. A respetar su ritmo, que no es el mío, ni el del mundo digital. Y eso, en medio del caos del día a día, es un pequeño lujo.

🌱 Mi pequeño huerto de ventana

Ahora mismo tengo varias aromáticas en una jardinera: albahaca, perejil y tomillo. También tengo una maceta individual con hierbabuena que me viene fenomenal para hacer infusiones de té verde con hierbabuena.

Además, he empezado a usar Todoist para hacer seguimiento de sus cuidados: riego, podas, trasplantes… creando un proyecto nuevo para la gestión de las plantas, con sus tareas y notas. Si te interesa cómo organizo mis tareas y proyectos, puedes leer cómo aplico GTD con Notion y Todoist o mi flujo semanal GTD como desarrollador.

🧠 Lo que me han enseñado las plantas

Cuidar plantas me ha enseñado más de lo que imaginaba. Me ha recordado que no todo es inmediato. Que a veces hay que esperar, observar, dejar espacio. Que no todo se puede forzar. Y que hay una satisfacción muy particular en ver cómo algo crece porque tú lo cuidas.

Es curioso, pero he encontrado muchos paralelismos con el desarrollo de software: cuidar los detalles, tener paciencia, resolver problemas paso a paso… y sobre todo, disfrutar del proceso, no solo del resultado. Si te interesa cómo aplico esta filosofía en mis proyectos, puedes leer mis objetivos personales y profesionales para 2023.

🌻 ¿Y ahora qué?

Me gustaría seguir ampliando mi pequeña jungla doméstica. Estoy considerando hacer esquejes y aprender a propagar las que ya tengo.

Si estás leyendo esto y nunca has tenido una planta, te animo a probar con una fácil. No necesitas mucho espacio ni experiencia, solo ganas de cuidar y un poco de constancia. A veces, una simple maceta puede transformar más de lo que imaginas.

Comentarios

¿Tienes algo que aportar? ¡Únete a la conversación!